El ALBA-TCP, en su declaración, condenó lo que calificó como «práctica criminal e ilegal» por parte de Estados Unidos, y señaló que las sanciones no solo violan los derechos humanos de los individuos afectados, sino que también atentan contra la paz y estabilidad de América Latina y el Caribe.
Caracas/ Red de medios amazónicos.- La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) rechazó de manera contundente las más recientes sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos a 16 ciudadanos venezolanos. En un comunicado emitido este viernes, la organización calificó estas medidas como una «imposición de medidas coercitivas unilaterales», y acusó a EE.UU. de agredir a Venezuela en su intento de promover un cambio de gobierno en el país.
El ALBA-TCP afirmó que las sanciones afectan a funcionarios que han sido penalizados «por el simple hecho de cumplir sus funciones y por no alinearse con un sector político venezolano que ha favorecido históricamente el intervencionismo y la violación del derecho internacional». La alianza denunció que esta política sancionadora representa una amenaza para la estabilidad política y económica no solo de Venezuela, sino también de toda la región.
Las sanciones forman parte de una larga serie de medidas impuestas por Washington desde 2017, que han tenido un impacto significativo en la economía venezolana. Estas sanciones, que inicialmente se enfocaron en figuras políticas y empresas vinculadas al gobierno venezolano, han sido ampliadas a sectores clave como el petróleo, lo que ha limitado la capacidad del país para acceder a los mercados financieros internacionales y comercializar sus recursos naturales.
El ALBA-TCP, en su declaración, condenó lo que calificó como «práctica criminal e ilegal» por parte de Estados Unidos, y señaló que las sanciones no solo violan los derechos humanos de los individuos afectados, sino que también atentan contra la paz y estabilidad de América Latina y el Caribe. La organización hizo un llamado a los gobiernos de la región a rechazar estas medidas y a abogar por el respeto a la soberanía y la libre determinación de los pueblos.
La alianza reiteró su apoyo irrestricto al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y pidió un mayor compromiso con la diplomacia y el diálogo, como vías para resolver las tensiones regionales y proteger la estabilidad en América Latina frente a lo que consideran una política de intervención extranjera.