La declaratoria de desastre exige que los Gobiernos Autónomos Municipales afectados por esta catástrofe presenten sus respectivas normativas y evaluaciones técnicas al Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED).
El departamento de Beni atraviesa una crisis ambiental de magnitudes históricas. El gobernador Alejandro Unzueta, en un esfuerzo por contener la situación, emitió el Decreto Departamental 13/2024, declarando al Beni en estado de desastre debido a la extrema sequía y los incendios forestales que desde hace días consumen extensas áreas de la región. Esta situación pone en peligro la vida de sus habitantes, comprometiendo su integridad, la biodiversidad del territorio, la seguridad alimentaria y la economía local.
La declaratoria de desastre exige que los Gobiernos Autónomos Municipales afectados por esta catástrofe presenten sus respectivas normativas y evaluaciones técnicas al Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED). Con estos informes, el Gobierno Departamental podrá coordinar las acciones de emergencia necesarias para mitigar los impactos de los desastres.
El decreto tendrá una vigencia de nueve meses, durante los cuales se implementarán planes de contingencia y programas específicos para abordar la emergencia provocada por la sequía y los incendios. Además, se prevé la gestión de apoyo ante el Gobierno nacional, las Entidades Territoriales Autónomas y diversas instituciones públicas y privadas. Este respaldo será crucial para proporcionar equipos logísticos y otros recursos que permitan prevenir, mitigar y controlar los incendios forestales, los cuales han devastado grandes áreas de pastizales y bosques en la región.
El impacto de esta crisis no solo afecta a las comunidades humanas, sino también a la rica biodiversidad que caracteriza a Beni. Las especies de fauna y flora locales están en grave riesgo, exacerbando las consecuencias del cambio climático en una de las zonas más vulnerables de Bolivia.
En este escenario, los próximos meses serán fundamentales para el departamento. Las medidas que se implementen ahora determinarán no solo la recuperación del entorno natural, sino también el bienestar de miles de personas que dependen de la estabilidad ambiental para su sustento. La coordinación entre las autoridades y el apoyo internacional serán vitales para enfrentar los desafíos que la sequía y los incendios forestales han dejado a su paso.