El F10 es un grupo efectivo, compuesto por oficiales y suboficiales de élite seleccionados de las tres fuerzas: Ejército, Fuerza Aérea y Armada. Son entrenados exclusivamente para combatir el terrorismo y grandes secuestros. Tiene su centro de formación en Cochabamba.
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Las fuerzas especiales F10 preveían el traslado de 19 de sus miembros con armas de alto calibre a La Paz para la asonada golpista del 26 de junio, pero sólo cinco llegaron a destino. Las evidencias del traslado fueron quemadas, reveló el viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera.
En esta jornada fue aprehendido el comandante del grupo de élite F10 de las Fuerzas Armadas, Vladimir Lupa Salamanca, en Cochabamba y trasladado a La Paz. En su vehículo fueron encontrados documentos que están en análisis.
“Las actividades nos han permitido establecer desde un punto de vista material el transporte de 19 hombres de los grupos especiales hasta la Brigada Aérea Número 2, acción que se registra en el libro de novedades de la Brigada Aérea”, reveló en declaraciones a la prensa en la ciudad de Cochabamba, donde ahora se focalizan las investigaciones del fallido golpe de Estado.
El F10 es un grupo efectivo, compuesto por oficiales y suboficiales de élite seleccionados de las tres fuerzas: Ejército, Fuerza Aérea y Armada. Son entrenados exclusivamente para combatir el terrorismo y grandes secuestros. Tiene su centro de formación en Cochabamba.
Cuenta con analistas, operadores de campo, técnicos de inteligencia y unidades especiales.
Los 19 uniformados fueron trasladados hasta la Brigada Aérea en Cochabamba en dos vehículos, uno del comandante Lupa.
En su vehículo, los policías encontraron “diversidad de documentación, entre ellas el libro de novedades de esa unidad especial, que, obviamente, tiene registradas todas las acciones que ha tenido este grupo para su desplazamiento a la ciudad de La Paz. Lo han hecho bajo el argumento, un poco inverosímil, pero utilizado, de la creación de una fuerza, de un arma dentro del Ejército, que es de la Unidad de Inteligencia”, indicó Aguilera.
Para el viceministro, ese argumento es solo un “elemento de carácter distractivo” para encubrir el traslado de “funcionarios de distintas áreas del país hacia el núcleo mismo del poder político de Bolivia” el 26 de junio, con el objetivo de tomar el poder a través del excomandante del Ejército Juan José Zúñiga.
De hecho, el fin de semana el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, reveló que se había ordenado que un avión Hércules vaya a Tarija para transportar a La Paz al grupo de élite “Satinadores”, los mismos que comandaron la masacre de Senkata en la ciudad de El Alto, en noviembre de 2019.
“Estoy absolutamente convencido de que estas acciones no solamente son una violación a aspectos de carácter doctrinal o formal al interior de nuestro Ejército, sino que constituyen el núcleo central de terrorismo y de alzamiento armado”, afirmó Aguilera.
Cinco uniformados de élite llegaron a La Paz con armas de grueso calibre y de alta precisión. Se trata de fusiles de francotirador, fusiles SG-4 e inclusive pistolas.
En un primer vuelo, la aeronave EB-001 trasladó a cinco de los 19 integrantes de las Fuerzas Especiales a La Paz. Para cuando ya se preparaba el segundo vuelo, fue impedido porque en la Casa Grande del Pueblo se efectuó la posesión del nuevo comandante del Ejército, José Wilson Sánchez Velásquez.
Aguilera indicó que se investigará el nivel de responsabilidad de cada uno de los funcionarios porque, además, las pruebas de ese traslado fueron quemadas.
“Nos toca trabajar con los hombres de la inteligencia que han sido identificados en este departamento y que, aparentemente, en las últimas horas, después de haberse producido el relevo del señor comandante general del Ejército, han quemado la evidencia, lo que obviamente suele ser una operación, vamos a decir, de carácter rutinario, entendiendo que las acciones de inteligencia tienen un carácter secreto”, justificó.