Inicialmente, el contrato había sido adjudicado al Consorcio Construbase, que ofreció un presupuesto más alto que el de su competencia. Sin embargo, con la reciente intervención del TCU, el contrato ha quedado paralizado y no existe una fecha clara para el inicio de las obras.
TOMADA DE JH NOTICIAS DE RONDONIA
La construcción del esperado puente binacional entre Brasil y Bolivia, ubicado en Guajará-Mirim, se enfrenta a un nuevo obstáculo que podría demorar aún más el inicio de las obras.
El Tribunal de Cuentas Federal (TCU) ordenó la paralización inmediata del proceso de licitación el pasado miércoles, 28 de agosto, y dictaminó que se reinicie desde cero el análisis de las propuestas de las empresas involucradas.
Esta decisión del TCU se originó tras la apelación del Consórcio Mamoré, descalificado previamente por supuestamente no cumplir con todos los requisitos del anuncio.
El consorcio argumentó que su exclusión fue indebida, y el tribunal le dio la razón parcialmente, señalando que se cometió un error en el proceso que pudo haberlo perjudicado. Como consecuencia, todo el proceso de licitación deberá ser revisado, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de la obra.
Inicialmente, el contrato había sido adjudicado al Consorcio Construbase, que ofreció un presupuesto más alto que el de su competencia. Sin embargo, con la reciente intervención del TCU, el contrato ha quedado paralizado y no existe una fecha clara para el inicio de las obras.
El proyecto de construcción del puente, que se ha esperado por más de 120 años, fue planteado en el Tratado de Petrópolis, firmado en 1903, cuando Brasil y Bolivia acordaron la anexión de Acre al territorio brasileño.
El puente, que conectará las ciudades de Guajará-Mirim en Brasil y Guayaramerín en Bolivia, tendrá una longitud de 1.200 metros y un costo estimado entre R$ 120 y R$ 125 millones. La obra, que estaba prevista para ser completada en un plazo de 36 meses, ahora enfrenta un cronograma incierto debido a las complicaciones recientes.
Este puente binacional es considerado una obra estratégica para el desarrollo de la región, ya que facilitará el comercio y el tránsito entre los dos países.
Inicialmente, se esperaba que las obras comenzaran este año, según lo anunciado por el gobierno brasileño.
Sin embargo, con la nueva decisión del TCU, la construcción del puente se encuentra en un limbo, con la posibilidad de que el caso se extienda en una prolongada batalla legal.
Los residentes de Guajará-Mirim y las autoridades locales han expresado su frustración por el nuevo retraso. Un líder comunitario local comentó: «Llevamos más de un siglo esperando este puente y cada vez que parece que estamos cerca de realizarlo, aparece un nuevo obstáculo».
Con la revisión del proceso de licitación en curso, las esperanzas de que la construcción del puente comience este año se han visto sacudidas.
Ahora, la región aguarda con expectativa el desenlace de la decisión del TCU, con la esperanza de que finalmente el puente binacional se convierta en una realidad, trayendo los tan esperados beneficios económicos y sociales a Guajará-Mirim y a toda la región fronteriza con Bolivia.